Lo digo claro… A pesar de todo… Dj residente. Podéis leer, es este post, el pataleo en defensa de la figura del residente en discotecas tan menospreciado.
A lo largo de la vida cada cual va cambiando; de parecer, de forma de vestir, de trabajo… Y esto es la ley inexorable que nos va modelando.
Cuando adquieres experiencia te van siendo menos dańinos los obstáculos que encuentras. Les vas quitando importancia o, en el peor de los casos, les cargas en tus espaldas, pensando que no te afectan.
Algunas experiencias vitales hacen que te sientas orgulloso de como te has desarrollado como persona. Experiencias que nos dan positividad y fuerzas para seguir viviendo.
En referencia a la vivencia sobre la que voy a escribir no se discernir entre si es positiva o no.
Una pieza importante
Han sido varios los locales en los cuales he desarrollado mi profesión, y no es agradable cuando descubres que alguno ha cesado su actividad. En todos los casos he de reconocer que he formado parte de sus mejores momentos. Seria poco humilde por mi parte si pensara que después de mi, nadie ha hecho tan bien el trabajo, aunque en algún caso me gustaría creer que era una parte indispensable de la sala para su continuidad. Siendo realista, nadie es imprescindible, pero si pieza importante de un equipo, ¿La mas importante? Habrá quien piense que no, pero según mi experiencia, los Dj’s lo somos.
Conclusiones.
Ahora, centremos un poco las conclusiones: Yo, que siempre he representado al dj residente, descubro como ya no hay casi residentes en las salas de nuestra ciudad, y los que nos mantenemos en esa circunstancia seguimos siendo poco reconocidos en nuestro trabajo. No solo de cara a la clientela cuando tenemos que ceder las horas cumbres de una sesión en manos de un dj invitado que triunfa con una pista que nosotros le hemos llenado. Para los empresarios parece que tampoco somos interesantes, pues tienen miedo de que nos convirtamos en esa pieza «importante» de la que depender.
Ahora, no seré yo quien desvele las bondades de un buen dj residente:
- que mantiene el equipo de sonido y la cabina en perfectas condiciones y se preocupa de que el invitado de turno no se lo cargue,
- quien sabe en que momento debe bajar el pistón para refrescar la pista y así animar el consumo en barra, o
- quien da una personalidad musical a la sala que hace que los clientes acudan cada fin de semana seguros de lo que van a bailar.
Soy consciente de que un buen residente es, cada vez, mas difícil de encontrar y en medida de que nos vamos creyendo que nuestra ciudad es una gran capital europea, cada vez lo será más.
A pesar de todo, no somos perfectos. Pero si abnegados y amantes de nuestra sala como si fuera nuestra. Si lees esto comprenderás que se nos rompa el corazón cuando una de esas salas desaparece.
David Express
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